21 octubre 2006

DESPIERTA AMERICA !!!


Me levanté temprano y encendí mi televisor, hoy sentía todo distinto, el canal habitual, que aunque orlado de colores y sonidos vendedores, ya no se percibía entretenido, “Despierta América”, se escuchaba el pregón de la bienvenida de este Tele Show, baile, fiesta, chiste y chisme y; Despierta América! Baile, fiesta, chisme y chisme y; Despierta América!, Baile, chisme, chisme y chisme y de nuevo; Despierta América!, chisme, chisme, chisme y chisme…
¿Quien calificó a los latinoamericanos con el estigma del verbo suelto?¿Quien nos arrebató de pronto lo grande de nuestro pueblo, de nuestro acervo, arraigo y tradición?¿Quien afirmó que lo vendible es lo banal, lo sexista o el culote?¿Quien nos desfiguró la semblanza y nos convirtió en esta mueca circense de flores coloridas y guayabera?
“Despierta América” me suena más a alarido, a grito desmedido dirigido al estigma que nos dejaron hombres y mujeres enormes, Simón, Sucre, Manuela, Sandino, Luisa Cáseres, Páez, Martí, Heredia, Gaetán, Ernesto, San Martín, entres miles que murieron y otros miles que deambulan aún como perdidos en las calles de nuestra América.
“Despierta América” me suena como la voz de mi madre en las mañanas cuando decía, repetidamente hasta gritar, ¡despierta hijo!, ¡vamos a la escuela!; me suena a despertar de un pueblo obnubilado por lo etéreo, por lo fugaz, por lo sin sentido; me suena al grito de conciencia silente pero existente, que truena en tu interior; me suena a alarido por la familia latina disgregada y dispersa en toda la América dividida solo con puntos y rayas; “Despierta América” vibra en mi mente al filo de un “auxilio” que quiero esgrimir como arma de guerra, como fusil cargado de pasiones para acallar la voz de lo que no debió estar jamás, para desdibujar la presencia del oprobio en nuestra tierra, en nuestras almas. “Despierta América” debió y debe ser un llamado de amor por lo propio, a la extinta y auténtica autovaloración, a la apreciación de lo trascendente, de lo perdurable, de lo realmente nuestro, de nuestra América adormecida por la política, por la falsa democracia, por el hambre, por la droga, por la propaganda inútil, por las pretensiones de dominación, por el poder del poder, por el llanto de un niño en la calle que ya no es escuchado.
Permanecemos aún americanos, como dormidos, pero hay ecos en los sueños que suenan como campanas lejanas, que llaman al despertar, su sonido es real, las escuchas de este modo solo porque que estas entredormido, América, América… ¡Despierta América! .

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